La iglesia en las Casas es la Iglesia de Hoy

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La iglesia en las casas promueve la autenticidad espiritual. Vivimos en un tiempo en que la gente busca transparencia.

“Saludad también a la iglesia que está en su casa” (Rom. 16:5)

Para muchos las comunidades de fe que se congregan en auditorios, catedrales y en grandes edificios les parecen superficiales y frívolas. Por contraste, la iglesia que se reúne en un hogar es un testimonio vivo de la realidad espiritual, en especial a los que no conocen a Dios, a los escépticos hacia las instituciones religiosas que poseen edificios encantadores y de altos presupuestos.

Mucha gente no asistirá a una reunión celebrada en un salón o un templo donde se espera que los que van se vistan para la ocasión. Pero por lo general no se sentirán instados ni inhibidos al reunirse en el hábitat natural de una casa, donde pueden mostrarse como son.
La atmósfera informal del hogar, en contraste con un magno edificio, es mucho más atractiva para ellos. Quizá ésta es otra razón de por qué los primeros cristianos preferían el sencillo ambiente de una casa para adorar a su Señor y tener comunión unos con otros, antes que construir santuarios, capillas o sinagogas, como hacían las demás religiones de sus días.

Muchos cristianos creen que si una iglesia no posee un buen edificio su testimonio al mundo se verá de algún modo coartado y su crecimiento quedará entorpecido. Pero nada podría estar más lejos de la verdad. Comentando sobre la base de que la iglesia primitiva no construyó edificios hasta el tercer siglo, Howard Snyder observa:

“…Puede que los edificios sean buenos para cualquier otra cosa, pero no son esenciales ni para el crecimiento numérico ni para alcanzar profundidad espiritual. La iglesia primitiva poseía estas dos cualidades, y hasta tiempos recientes el máximo período de vitalidad y crecimiento de la iglesia fue durante los primeros dos siglos D.C. Para decirlo con otras palabras, la iglesia creció más rápido que nunca cuando no tuvo la ayuda o el impedimento- de los edificios eclesiásticos”  (El problema de los odres).

El estadista cristiano George Barna realizó una investigación  en la cual determinó que los templos cristianos son los espacios de menor utilidad en el planeta en razón que la gran mayoría del tiempo se encuentran vacíos y sin actividad.

Si la iglesia en el hogar crece hay que seguir abriendo nuevas casas y así sucesivamente. ¡Es tiempo de volver a las casas!

Editorial

 

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