Sacando a la Luz el Falso Evangelio del Evangelicalismo

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Sacando a la Luz el Falso Evangelio del Evangelicalismo es un articulo escrito por el autor Keith Giles.

Por gran parte de mi vida se me dijo una mentira acerca del Evangelio de Jesús; pero no fue sino hasta hace pocos años que escuché el verdadero mensaje del Evangelio de Cristo y todo cambió desde entonces.

Ponga atención; fui criado en la denominación Bautista del Sur, incluso me licencié y me ordenaron como Ministro del Evangelio y serví a numerosas iglesias cristianas como pastor en varios niveles; durante aquel tiempo sólo conocía un evangelio falso Evangelista, el cual se recita como algo así: “Si usted no quiere arder en el infierno para siempre, repita esta oración conmigo y crea que Jesús murió en la cruz por sus pecados, que se levantó de los muertos y que volverá para destruir a los pecadores y rescatar a los Cristianos”.

Este no es el Evangelio que Cristo predicó.

No es lo que encontramos en las Escrituras del Nuevo Testamento.

La oración “del pecador” no la encontramos en la Biblia.

Jesús nunca comunicó el Evangelio de esta manera.

Aquí le presento como es que usted puede saber si una persona cree en el falso evangelio del Evangelicalismo: Generalmente, se refieren a 1ª. de Corintios para definir lo que es el Evangelio.

Observe, el verdadero Evangelio lo puede encontrar en esos cuatro escritos al comienzo del Nuevo Testamento; estos son incluso llamados “Evangelios”, luego entonces, no es complicado encontrarlos.

Quizás también quisiéramos comenzar con la Persona de Jesús, si realmente queremos saber de lo que se tratan las “Buenas Nuevas” [El Evangelio], ¿no lo cree así?

Así que intentemos despejar toda la neblina que está alrededor de este tema y descubramos la verdad del Evangelio, por el cual Jesús vino y murió para hacérnoslo llevar, ¿le parece?

“Desde entonces comenzó JESÚS a proclamar [Nuevamente, encontramos esto en los Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, primordialmente] y decir: Arrepentíos, porque el reino de los Cielos se ha acercado.” (Mateo 4.17, BTX IV)

Jesús comenzó su ministerio declarando lo que el Evangelio realmente es; luego, lanzó Su más famoso [aunque poco estudiado] Sermón del Monte, en el que nos muestra cómo es el aspecto de la vida en este Reino de Dios, para finalmente englobarlo todo al preguntarnos: “¿Por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo que les digo?”

Ponga atención, puesto de una manera simple, las Buenas Nuevas del Reino es que nosotros podemos experimentar el gobierno y el señorío de Dios en nuestras vidas; no necesitamos esperar hasta morirnos para ello; sino que podemos experimentar la habitación de la presencia de Dios dentro de nosotros ahora mismo; podemos vivir en el mundo donde Dios es Rey y donde Jesús es Señor y todo y cada momento de nuestra existencia.

Esta es la razón por la cual Jesús comienza diciendo: “¡Arrepentíos!”, lo cual no quiere decir “sientan remordimiento por sus pecados”; la palabra Griega “Metanoia” se traduce literalmente como “¡Piense Diferente!” [lo cual implica un cambio de mentalidad], y la razón por la cual Jesús sintió necesario declarar esto a su entonces audiencia judía es porque todos ellos creían que el Reino de Dios estaba en algún lugar “ahí afuera”, viniendo en un futuro no muy lejano, pero lo suficientemente lejos hasta que el pueblo judío pudiera gobernarse a sí mismo políticamente (libres del yugo romano).

En ese contexto, Jesús da un paso al frente y dice, “Reconsideren esto: ¡El Reino de Dios ya está aquí!”; por lo tanto, en vez de esperar a que algo pase primero, cualquiera podía entrar a experimentar la realidad del Reino de Dios de forma inmediata. Este fue un gran cambio de paradigma para Sus escuchas.

Jesús también quería enfatizar que no solo el Reino de Dios era accesible aquí y ahora, sino que también tenía las puertas abiertas para todos –Si, incluso para los gentiles y paganos… incluso si eran samaritanos—el cual era uno de sus mensajes que Su propio pueblo resistió con más ahínco y, por el cual, querían asesinarlo (lea Lucas 4:16-30).

Aquí es donde el falso Evangelio del Cristianismo Evangélico ha torcido todo: Ellos colocan a Pablo [y no a Jesús] en el centro de Su teología; le permiten a Pablo en 1 Cor. 15:1-17, defina el mensaje del evangelio; pero ignoran el Sermón del Monte; nublan el Evangelio verdadero que predicó Jesús y lo reemplazan con un evangelio que enfatiza nuestra pecaminosidad, la necesidad de ser rescatados de nuestros pecados y nuestra separación con Dios.

No obstante, para su tranquilidad, el Apóstol Pablo nunca enseñó nada de esto.

El falso evangelio del cristianismo evangélico ha inventado una versión de aquello que prefieren y lo han reemplazado por el verdadero Evangelio del Reino, que tanto Jesús como Pablo predicaron exclusivamente.

Es verdad, Pablo también predicó precisamente el mismo Evangelio del Reino que predicó Jesús.

¿Necesita alguna prueba? Allá vamos.

Pablo también enseñó el Evangelio del Reino, como lo vemos aquí:

“…vosotros entre quienes pasé [Pablo] proclamando el reino…” (Hechos 20.25, BTX IV)

“…Es necesario [dice Pablo] que entremos en el reino de DIOS a través de muchas aflicciones” (Hechos 14.22, BTX IV)

“porque el reino de DIOS [consiste en]… justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.” (Romanos 14.17, BTX IV)

“…porque el reino de DIOS no consiste en palabras, sino en poder.” (1 Corintios 4.20, BTX IV)

“Entrando entonces en la sinagoga, hablaba osadamente durante tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de DIOS.” (Hechos 19.8, BTX IV)

“Y [Pablo] les fijó un día, y vinieron muchos al hospedaje, a quienes exponía, desde la mañana hasta la tarde, testificando solemnemente sobre el reino de DIOS, y persuadiéndolos acerca de JESÚS, tanto por la ley de Moisés como por los profetas.” (Hechos 28.23, BTX IV)

“[Pablo pasaba] proclamando el reino de DIOS y enseñando lo concerniente al Señor JESUCRISTO, con toda libertad, sin impedimento.” (Hechos 28.31, BTX IV)

“Y ahora, he aquí, yo [Pablo] sé que ninguno de vosotros entre quienes pasé proclamando el reino, volverá a ver mi rostro.” (Hechos 20.25, BTX IV)

Estos ocho versículos del Nuevo Testamento afirman de que Pablo predicó las Buenas Nuevas / El Evangelio del Reino.

Para este mismo propósito, Felipe y los otros Apóstoles también predicaron las Buenas Nuevas del Reino [ya no había otro Evangelio qué predicar], tal como lo demostramos a continuación:

“Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba la Buena Noticia acerca del reino de DIOS y del nombre de JESUCRISTO, fueron bautizados tanto varones como mujeres…” (Hechos 8.12, BTX IV)

(Ver también, Heb. 1:8; 11:33; 12:28; Sgo. 2:5, 2ª. Ped. 1:11; Ap. 1:6, 9; 5:10; 11:15; 12:10).

Entonces, ¿qué hay del pasaje de 1 Cor. 15:1-7, donde pareciera que Pablo está describiendo OTRO evangelio?

Bueno, veamos lo que Pablo está diciendo realmente:

“Y os doy a conocer, hermanos, la Buena Noticia que os anuncié, la cual también recibisteis, en la cual también estáis firmes, por la cual también, si os aferráis a la Palabra que os anuncié, sois salvos, si no creísteis en vano. Porque primeramente os entregué lo que también recibí: Que CRISTO murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que fue resucitado al tercer día, conforme a las Escrituras; y que se apareció a Cefas, y después a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales aún viven, y algunos ya duermen. Después se apareció a Jacobo; después, a todos los apóstoles.”

(1 Corintios 15.1–7, BTX IV)

Note que, en los primeros dos versos Pablo afirma que él fue quien les predicó el Evangelio a ellos; pero basados en lo que podemos ver en aquellas ocho referencias mostradas anteriormente, los elementos del Evangelio de Pablo son exactamente los mismos que aquellos que conforman el Evangelio predicado por Jesús – Las Buenas Nuevas del Reino de Dios.

Después de esto, Pablo comienza a ser más especifico sobre el mensaje de la resurrección de Cristo; pero su intención no es la de decir que esto, y solamente esto, es el Evangelio.

¿Cómo es que sabemos esto? Porque tenemos al menos ocho ejemplos donde Pablo afirma lo que él ha predicado: La Buenas Nuevas del Reino de Dios.

Y no solamente esto, dondequiera que leemos afirmaciones de Pablo, tales como: “…si confesares con tu boca que Jesús es El Señor y creyeras en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo” (Rom. 10:9), la frase “Jesús es Señor” es una frase del Reino, ya que nadie puede decir que “Jesús es Señor” y esperar ser salvo, si no fuera verdad que Jesús es su verdadero Señor. [Recuerde que: “¿por qué me llamáis Señor, Señor y no hacéis lo que digo?” es una afirmación de Jesús].

En otras palabras, he de confesar que Jesús es Señor no es una frase mágica como “ábrete Sésamo”, la cual le abre las puertas del cielo; lo que Pablo quiere decir es que lo que realmente necesitamos es el rendir nuestro ser para seguir a Jesús todos los días de nuestra vida—lo cual es de lo que trata el vivir en el Reino de Dios.

Por lo tanto, no soy nadie para llamar a nadie hereje o falso maestro; de hecho, he sido llamado ambas cosas (y peores) de forma tan frecuente que he comenzado una transmisión radiofónica en línea llamada La Hora Feliz del Hereje, para ponerle un poco de alegría a esta práctica e intentar bajarle el tono a este tipo de cosas, tanto como sea posible.

No obstante, estoy luchando por no enfadarme con el sistema religioso que tergiversa las palabras de Jesús, minimiza el Evangelio que Él predicó, distorsiona las palabras de Pablo y propaga una falsa versión del Evangelio, que usa el miedo para manipular a las personas y les impide escuchar lo que realmente Jesús dijo.

Esto realmente me molesta hasta lo más profundo de mi ser, si le soy honesto.

Por favor, perdónenme por decir esto, pero el evangelio del cristianismo evangélico no es el Evangelio; es una campaña de desinformación manufacturada que –hasta ahora– ha sido muy exitosa en cegar a los cristianos para no ver las palabras de Cristo y para engañarles sobre el verdadero Evangelio que Jesús predicó.

Ayúdenme a exponer esta falsa doctrina; propaguen esta palabra: El evangelio del cristianismo evangélico no es el Evangelio de Jesús, no es ni siquiera el Evangelio de Pablo, es una campaña de desinformación masiva que tiene por objetivo el distraer a las personas del mensaje de Jesús y, hasta ahora, los cristianos se lo han tragado todo… Es tiempo de despertarles.

¡Piense diferente! No creas el falso evangelio. ¡El Reino de Dios tiene sus puertas abiertas! ¡Podemos vivir en la misma presencia de Dios ahora mismo! No estamos esperando a que éste “venga algún día”, porque está aquí ahora; todo lo que tenemos que hacer es seguir a Jesús y Él nos mostrará cómo ese tipo de vida del Reino aquí y ahora: Amando a otros, sirviendo a todos, perdonando libremente, compartiendo con nuestros vecinos, bendiciendo a los que nos maldicen y siendo la encarnación de Cristo en el mundo hoy en día.

¡Esas son las Buenas Nuevas del Reino!, este es el mensaje, que incluso cristianos deben escuchar el día de hoy.

¿A cuantos cristianos les puede decir esto el día de hoy?

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Marzo, 26, 2020 por Keith Giles

Falso Evangelio

 

 

 

 

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